Tras una larga preparación, 3 domingos casi enteros, muchas llamadas telefónicas y dos inscripciones después estábamos todo el equipo listo para irnos el viernes 21 de noviembre a la Convivencia de Ex-Colonos.
Recordarán que formo parte de una institución llamada Colonias de Vacaciones que tenemos como labor llevar a niños de escasos recursos económicos de vacaciones al campo durante un periodo limitado de tiempo, una semana. Lo que buscamos que nos diferencie de los demás campamentos (además de trabajar con niños que normalmente no salen de vacaciones) es la calidad humana y el amor que entregamos en nuestro voluntariado.
Así que nos llevamos a niños de entre 7 y 11 años de edad una semana en los periodos vacacionales, hay aproximadamente 20 colonias al año. Buscamos que los niños que se van a cada colonia sean de un mismo barrio, porque nuestra misión intenta dar una formación integral a cada niño tanto como una integración comunitaria. Y la misión suena muy bonita, pero la verdad es que no tenemos una buena manera de medir el impacto que nosotros tenemos con estos niños, exceptuando la Convivencia de Ex-Colonos.
Debido a que trabajamos con niños del Distrito Federal, éstos son tantos que cada niño puede ir unicamente una sola vez, dándole entónces la oportunidad a más niños. Muchas veces quieren regresar, por lo que se creo esta convivencia. Chavos de entre 14 y 23 años fueron invitados a regresar a la mágica casa del campamento por un fin de semana.
El equipo de animadores estaba conformado en su mayoría con gente con experiencia dentro de Colonias y fuimos capacitados en distintas juntas para poder llevarnos esta actividad que nos sorprendió increiblemente.
Nos llevamos a 45 personas, que recordaban Colonias como algo muy divertido y padre que vivieron en su niñez. Pero nosotros queríamos ir más allá; así que realizamos los mismos juegos que cuando eran niños, rally, batalla pirata, muéganos, etc. Muchísimas actividades donde los chavos recordaran que la experiencia de Colonias va más allá que la pura diversión.
MI equipo era el Azul Oscuro y tenían casi todos 15 años, se acrodaban de su animador y de la manera en la que los cuidabamos cuando eran chicos, se trata de ser más sus amigos que sólo su guía, y es de lo que más recuerdan.
La Convivencia fluía muy bien. El primer día acostamos a los chavos como a las 11 de la noche, los tapamos y cada animador contó su tradicional cuento en cada cuarto y nos fuimos a junta nocturna. En la junta, la jefa y directora del campamento nos dijeron que teníamos que ir más allá, dejarles de preguntar en que se acordaban e intentar dejarles algo nuevo, ser los animadores y amigos de los chavos que sabíamos ser. Nos dormimos como a las 3 listos para el siguiente día.
El sábado nos levantamos a las siete, y a pesar de que no había agua estabamos listos para despertar a los chavos a las 8 con todas las ganas del mundo. Fue un día divertidísimo done ellos revivieron su infancia y su inocencia al lado de nostros, nadamos, nos pintamos y construimos papalotes. Entónces llegó la actividad sorpresa, un video que mostraba a los mismos chavos de chicos en el campamento; momento donde empezó la emoción.
Cada ex-colono dibujo en un kraft sus sentimientos a colonias y después hubo un plenario con toda la actividad junta; debo decir que en mi vida había sentido tanta emoción, ni siquiera (al igual que el resto de los animadores) puedo expresarlo en palabras. Dibujos, textos y versos fueron escritos por estos chavos, donde en resúmen lo que más recordaban era el cariño que teníamos hacia ellos y la manera en la que realmente nos preocupabamos por su bien y por el desarrollar en ellos algo bueno. Al ser turno de hablar de los animadores se nos cortaba la voz y poco lo logramos.
El fin de semana pasado me di cuenta de muchas cosas en la vida: que a pesar de tener una vida dificil como David del equipo menta, se puede regresar a ser niño. Y que en esta vida, lo que siempre importa al máximo y esta sobre todas las cosas, es el amor.
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